Elizabeth Taylor, un símbolo, una icona. El mundo entero aún sigue en "shock" por la muerte de la última diva de Hollywood, fallecida el pasado 23 de Marzo a causa de insuficiencia cardíaca. Aunque parece increíble, precisamente ahora es el momento en que varias editoriales han empezado a echar cuentas para publicar libros inéditos sobre la escandalosa vida que llevó la actriz, sobre todo en relación a la herencia. Pero lo que muy pocos saben es que a parte de su gran fortuna, lo que Liz dejó al mundo son sus valiosos diarios personales, llenos de detalles interesantes sobre su vida y la de sus amigos famosos. Los dichosos documentos ahora mismo estan en posesión de su asistente de confianza, Jason Winters, quién deberá encargarse de dar la última fortuna de Taylor a la fundación que ésta creó para luchar en contra del Sida (Elizabeth Taylor Aids Foundation).
Con la posible publicación de todos sus documentos personales, se llegarán a conocer los secretos más íntimos de Liz, algunos de los cuales ya han salido a la luz. Sabemos, por ejemplo, que a pesar de su necesidad de fama y de estar a la luz pública, Taylor también tenía un lado muy solitario que pocos conocían.
La diva manifestó en su testamento que optaba por la incineración, pero que a pesar de esto quería que le quitaran los ojos para donarlos posteriormente a una persona ciega. Uno de sus secretos más importantes para ella fue su miedo al Sida, cosa que se incrementó tras la muerte, a causa de esta enfermedad, de su amigo Rock Hudson. Este es el motivo principal por el cual la actriz decidió dar su última fortuna a su fundación, para la investigación acerca del Sida.
En relación con los rumores acerca de fotografías en que aparece desnuda, cabe señalar que en toda su vida solamente se hizo pública una de este tipo, que se hizo a los 24 años de edad como regalo de compromiso para Michael Todd, con quien se casó en 1957.
Sabemos también que a pesar de transmitir seguridad absoluta, en el fondo, Liz era una persona bastante frágil e insegura, pues por ejemplo detestaba a su piel, llena de incorrecciones que en todas sus apariciones en público se tenían que esconder bajo capas gruesas de maquillaje.
Finalmente, uno de sus secretos mejor guardados se relaciona con el actor James Dean y fue confesado por Liz durante una entrevista para "The Daily Beast". La actriz explicó, bajo la condición de que el entrevistador guardara el secreto hasta que ella muriera; que, cuando tenía 11 años, el joven Dean había sufrido graves abusos de un hombre mayor (probablemente de un sacerdote, aunque no está confirmado).
Después de tantos secretos desvelados vemos que Liz Taylor, si bien siempre se mostraba muy transparente, sí tenía, como todos, un lado oscuro y escondido. Parece inevitable, pues, que de ahora en adelante grandes editoriales intentarán sacar a todos y cada uno de ellos a la luz.
Pero tanto si se publican como si no, Elizabeth Taylor, sin ninguna duda, será recordada eternamente.